PILATES Y FISIOTERAPIA, UNA VENTAJOSA UNIÓN - 20/5/2015 - Sin categoría

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La práctica del Pilates es una de las actividades más extendidas de hoy día, y no es de extrañar. Es fuente de numerosos beneficios físicos, constatables desde las primeras sesiones, pero también psíquicos, influyendo en la autoestima y el crecimiento personal de quien lo practica.

Con este método, Joseph H. Pilates quiso crear un sistema que aunara sus conocimientos sobre yoga, gimnasia y traumatología; uniendo tanto dinamismo y fuerza muscular como control mental, respiración y relajación. Y lo consiguió, creando una actividad apta para un amplio abanico de personas, independientemente de su complexión física o de su edad.

Es por esto que diferentes profesionales médicos lo recomiendan a sus pacientes, y los derivan a fisioterapeutas especializados en este campo, estableciéndose así un tratamiento multidisciplinar y positivo para el paciente.

Llevar a cabo de manera regular esta disciplina terapéutica mejora notablemente los problemas de origen musculoesquelético originados por una mala higiene postural. Pero gracias al Pilates también se consiguen grandes progresos en patologías de tipo traumático, ya que no sólo produce una recuperación muscular y articular, sino que a la vez refuerza las estructuras cercanas, previniendo problemas futuros.

A nivel reumático, su carácter anaeróbico lo convierte en un método muy positivo, especialmente respecto a cuadros de falta de movilidad o inflamación. El trabajo de estiramientos sobre el que se basa gran parte de una sesión de Pilates favorece la elasticidad y elongación muscular, al mismo tiempo que se recupera la movilidad perdida. De este modo, y combinado con la respiración, reduce las tensiones, evita las lesiones y combate el estrés.

El Pilates activa el metabolismo sin llegar a la fatiga muscular, convirtiéndose así en un ejercicio de bajo impacto, accesible para personas que no podrían realizar otra actividad. Sin embargo, esto no significa que no fomente el desarrollo de la fuerza o resistencia del paciente. Con estos ejercicios se fortalece especialmente la parte abdominal y la espalda, se modela el cuerpo y se estiliza.

Además, practicar Pilates es especialmente recomendable durante y después del embarazo, ya que fortalece la musculatura del suelo pélvico, y ayuda a agilizar la recuperación de la mujer tras el parto. Por eso mismo, es un complemento ideal en el tratamiento fisioterapéutico de la  incontinencia urinaria.

Pero los beneficios no quedan ahí.  Según expertos, la incidencia de este sistema sobre el organismo tiene repercusión en el metabolismo de la glucosa, es preventivo ante enfermedades de tipo tiroideo, combate el sobrepeso o incrementa la capacidad respiratoria. Además de esto, mejora nuestra percepción corporal y es un gran recurso contra el envejecimiento.

En definitiva, contribuye a que las personas que lo practican de manera rutinaria armonicen cuerpo y mente, algo que influye directamente en la calidad de su sueño, y por tanto en el correcto funcionamiento del organismo.

¿Has practicado alguna vez Pilates? Déjanos un comentario contándonos tu experiencia.

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